En un abrir y cerrar de ojos estaban los tres rodeados de muchos árboles. No se divisaba población alguna en ninguna dirección y estaban empezando a notar las bajas temperaturas.
- Bueno Águeda, ya hemos llegado - Dim parecía ser inmune al frío que allí hacía.
- S-s-será me-m-mejor que ca-m-m-mi-minemos hacia al-g-g-gún l-l-la-lado, ¿no? - Heracles estaba tiritando.
- Sí, deberíamos dirigirnos hacia donde esté la población más cercana - dijo Águeda tendiéndole un polar a su amigo.- Dim, ¿sabes en qué dirección podemos ir?
- Sí, seguidme.
Caminando entre hierbajos y matorrales, Águeda y Heracles seguían al pequeño diablillo en silencio.
Caminando entre hierbajos y matorrales, Águeda y Heracles seguían al pequeño diablillo en silencio.
- Y bueno Dim, ¿cómo llegaste a ser colaborador de la OMCPS? - Águeda sentía mucha curiosidad por ese pequeño ser que cuidaba de ella como si fuera su ángel de la guarda.- Y si eres un diablillo del desierto, ¿no tendrías que vivir allí?
- Bueno... es una larga historia - Dim parecía triste.
- Cuéntanosla, así amenizarás la caminata.
- Sí, y además podremos averiguar cosas sobre ti - Heracles, seguía sin fiarse de él.
- Está bien... - el pequeño acompañante cedió sin muchas ganas -. Yo nací en el Gran Desierto, al sur, y por alguna extraña razón nací morado. Normalmente los diablillos del desierto son rojos, algunos más claros, otros más oscuros, pero no se salen de la tonalidad. Pero yo nací morado, no sé porqué.
>> Para mis padres siempre fui como su mascota; no podían considerarme hijo suyo y no me dejaban salir de casa. Un día me escapé, quería ver a otros como yo y lo único que encontré fue rechazo y asco. Mis padres no volvieron a hablarme, y me echaron de casa. Me recogió el orfanato del pueblo y me encerraron en una celda hasta que empecé a ir al colegio.
>> Todos mis compañeros me odiaban, ninguno me dirigía la palabra y me pegaban cada vez que tenían oportunidad. Hasta intentaron arrancarme los cuernos, pero lo único que hicieron fue partírmelos.
>> Pero eso acabó pronto; estando yo escondiéndome de mis compañeros de clase un día, apareció un hombre que me recogió. Se llamaba Akram. Era miembro de la OMCPS y al ver que en mi comunidad todos me rechazaban me llevó con él y empecé a trabajar de ayudante para la organización.
>> Akram era bueno, al principio. Luego empezó a tener diferencias importantes con los otros miembros de la OMCPS; quería ser más permisivo con la magia, suavizar las leyes estrictas ya existentes. Llegó hasta tal punto esa diferencia que lo echaron de la organización.
>> Cuando lo echaron, pensé que yo me tendría que ir con él, pero Salvia me recogió bajo su tutela y he estado trabajando para ella desde entonces. Cada día que pasa me alegro de que alguien pusiera a esa adorable elfa en mi camino.
- ¡Vaya! Has tenido que sufrir mucho - Águeda se agachó y acarició con ternura a su nuevo amigo.- Pero no te preocupes, ahora estás con gente que va a cuidar de ti siempre.
- ¡Vaya! Has tenido que sufrir mucho - Águeda se agachó y acarició con ternura a su nuevo amigo.- Pero no te preocupes, ahora estás con gente que va a cuidar de ti siempre.
- Bueno, deja los mimos para otra ocasión - Heracles no se creía ni una sola palabra de lo que había contado el pequeño Dim - se ve una pequeña aldea. Será mejor que nos demos prisa, antes de que nos congelemos.
Continuará...
Continuará...